No son ni grandes ni chicos, ¡pero eso no es un defecto! Les interesa mucho el mundo el adulto, por lo que es una etapa muy linda para compartir experiencias y valores.

Esta etapa en la vida de nuestros hijos, que va de los 11 a 14 años, es una edad de transición, caracterizada por la inestabilidad y fragilidad emocional debido al inicio de la adolescencia, y por el paso de estructuras mentales concretas a otras más abstractas. El punto a favor para los padres está en el mayor interés de los hijos por conocer el mundo de los adultos, compartir experiencias y opinar sin ser juzgados.

Claves para entender a los niños de esta edad:
• Exigen coherencia en las normas / Valoran a los adultos que cumplen su palabra
Quienes recurren constantemente a la amenaza, difícilmente serán una figura de autoridad. Por eso, lo mejor es negociar con ellos las consecuencias que tendrán que asumir si no cumplen lo pactado. Por ejemplo, conversar acerca de que en clases todos deben permitir que sus compañeros se concentren, para que puedan aprender. El alumno que no cumple tiene que salir de la clase unos minutos.

• Quieren que confíen en ellos
Tomarse las cosas con humor y no con dramatismo ayuda mucho a conectar con ellos, y les ayuda a sentirse acogidos en lugar de juzgados.
De esa manera es mucho más fácil lograr que sintonicen con lo que se les está queriendo transmitir. Los padres deben encontrar el punto preciso entre no ser aprensivos y tampoco dejarlos solos.

• Quieren adultos que los escuchen y los acompañen
Pasar tiempo con los hijos es algo insustituible. Da la oportunidad de conversaciones espontáneas, sin presiones, que son fundamentales para conocerse y saber cómo está el otro. Esto, probablemente, ocurrirá de manera natural en las familias donde los padres fueron cercanos a sus hijos desde su infancia.

• Menos discursos, más acción
Las conversaciones obligatorias y sobre temas densos, impuestos por los adultos, es algo que espanta a los niños y los adolescentes. El mayor aprendizaje ocurre a través del ejemplo de los propios padres.

• Están interesados en opinar sobre actualidad
Son críticos respecto de lo que ocurre en la sociedad y valoran los espacios donde pueden dar sus opiniones.
Temas como la pobreza, la homosexualidad, la religión, los motivan; también, conversar sobre casos de la vida real que los interpelen. Los profesores pueden aprovechar esto para motivar a los alumnos en clases.

• Sienten curiosidad por los cambios propios de su edad
Les interesa conversar de sexualidad, del cigarro, de drogas, de fiestas, de los cambios del propio cuerpo, y con los adultos con quienes tienen confianza, buscan estos temas. Quieren saber cómo vivieron ellos esta etapa y cómo fue su adolescencia. Aquí el tono de “tema tabú” los ahuyenta y también sentirse presionados para contar algo. Quieren conversar con naturalidad estos temas que para ellos son naturales.