Buscan nuevos usos para las cosas sencillas, exploran lugares impensados y actúan como personajes que no conocemos. Sin quererlo, con ello están desarrollando habilidades muy necesarias para su vida adulta.

Para muchos, la creatividad es un talento para el arte o la música que solo algunos tienen la suerte de poseer. Pero la verdad es que va mucho más allá: consiste en la capacidad para pensar sin ajustarse a un molde, encontrar soluciones poco convencionales a un problema e innovar. Un niño creativo es aquel que sueña despierto y que hace las cosas de diferentes formas, sin importar lo que le digan los demás.

Si se fomenta esta cualidad, en el futuro los niños encontrarán salidas novedosas a los problemas más complejos en sus trabajos, buscando respuestas a interrogantes que aún no se han resuelto. Si bien de alguna manera todos nacemos con ella, es importante entender que las actividades para desarrollar la creatividad muchas veces van de la mano con la evolución emocional y física de los niños. Son el medio por el que trabajan la sociabilidad, tolerancia a la frustración, la motricidad fina y gruesa, habilidades como pintar o construir, o la capacidad para expresarse.

Aburrirse para ser creativo

Es importante evitar juegos electrónicos o pantallas que fomenten el sedentarismo y una futura adicción. Como papás somos los primeros responsables del desarrollo de la imaginación en nuestros hijos. Para eso también debemos ser creativos y ver cómo ayudar a cada uno de ellos, según su estilo de aprendizaje. Si contamos con tíos o abuelos disponibles para este acompañamiento y aliviar la labor de los padres, ¡aprovechémoslo!

Por último, siempre debemos tener en mente que no es necesario que estemos entreteniendo activamente a los niños todo el tiempo. Las horas de aburrimiento son también necesarias.

Ideas para promover la creatividad de nuestros niños:

  • Ensuciarse hace bien: Muchas veces, por evitar desastres impedimos que nuestros hijos exploren materiales y experiencias, quitándoles una oportunidad para hacer crecer su mundo imaginario.
  • Aburrirse: Ese tiempo libre permitirá que los niños busquen alternativas de juego, imaginando y creando.
  • Jugar sin pautas: Al dejar que los niños dirijan el juego, sin seguir manuales ni direcciones, pueden sorprendernos con su imaginación.
  • Pensar en un mundo de fantasía: Una forma de incentivar su creatividad es hacerles preguntas sobre cómo creen ellos que suceden las cosas. ¿Cómo viven los astronautas en el espacio o las princesas en un castillo?
  • Más allá del preescolar: Quizás nuestros hijos son buenos para pintar, les gusta modelar en plastilina o disfrazarse y actuar. Dejarlos desarrollar un pasatiempo es una ruta alternativa para aumentar su creatividad y, quién sabe, guiarlos a lo que querrán hacer cuando crezcan.