Educar en positivo. Suena bonito, sí. Se ha puesto de moda, sí. Pero ¿qué significa? ¿Cómo lo podemos llevar a cabo?
Fuente: Blog del psicólogo Álvaro Bilbao.
La educación en positivo es una formación basada, en parte, en la disciplina positiva pero que incorpora otros aspectos importantes como la neurolingüística y la neuropsicología para ayudar a padres y educadores a facilitar el desarrollo positivo del niño.
Tiene en cuenta las necesidades del niño, sus capacidades y momento de desarrollo para ayudar al niño a desarrollarse de forma plena, facilitando una buena confianza, autonomía y autoestima.
Madres y padres a veces se quedan con la idea de que cuando educamos en positivo no gritamos ni castigamos, pero no tienen en cuenta lo demás. Por eso, acaban perdidos y no encuentran la tecla para ayudar a los niños como les gustaría.
ERRORES:
1. Abusar de la paciencia
La paciencia, seguro que ya lo sabes, tiene una capacidad finita. Los padres que basan la educación en la paciencia pronto se ven agotados o desbordados. Y antes o después hacen honor a aquello de… “Se me ha agotado la paciencia”. Por ello es importante no poner toda la confianza en nuestra propia capacidad de ser pacientes. Resulta mucho más sensato aprender estrategias prácticas para resolver conflictos y actuar antes de que esa última gota derrame el vaso de agua.
2. Centrarse sólo en lo positivo
Muchos casos se quedan con las ideas de “no gritar” y “no castigar” sin caer en la cuenta de que hay mucho más. Cuando hablamos de educar en positivo, hablamos amor y respeto, pero también de orden y disciplina. De hecho, el orden, la consistencia en normas y límites es esencial para ayudar al niño a sentir confianza y seguridad. Introduce normas y límites de una forma positiva que ayuden al niño a saber cómo actuar.
3. Buscar resultados inmediatos
La educación en positivo es muy efectiva. En muchas situaciones permite resolver problemas de una forma rápida y eficaz. En otras, no resuelve el problema inmediatamente, pero deja una semilla de orden y respeto que ayudará a que el niño madure emocionalmente y desarrolle ese mismo respeto y orden mental con el que ha sido educado. Necesidad de hacer algo
4. Centrarse en HACER
En muchos casos el niño no necesita que hagamos nada. A veces tiene que aprender de sus errores o resolver situaciones por sí mismo. A veces no actuar es la mejor forma de actuar, pero muchos padres creen que tienen que hacer siempre algo porque si no sienten que no están educando. No te equivoques, educar en positivo es relajado.
5. Pretender mostrarnos siempre contentos
A veces confundimos la idea de educar en positivo con estar siempre felices o contentos. Los niños necesitan aprender de las reacciones de los padres. A veces es necesario ponerse serio o mostrar desaprobación, y no hay nada malo en ello si lo hacemos de forma positiva. Intenta evitar caer en los gritos, los castigos, los reproches, la recriminación y el uso de etiquetas en esos momentos, pero no olvides que en algunos momentos los niños necesitan escuchar expresiones tan claras como “Ahora no”, “Lo siento cariño, pero no” o “No me he sentido bien cuando has hecho esto”.
6. No formarse
La educación en positivo engloba una comprensión del niño, de sus necesidades y un manejo de estrategias efectivas para educar desde el respeto. Son conocimientos y estrategias lógicas y fáciles de aprender, pero que la inmensa mayoría de padres no conocen y que no llegan de forma infusa. Es importante invertir un poco de tiempo en formarse para poder entenderlas y aplicarlas con éxito. Al igual que en tantas otras áreas de la vida aprender y formarse suele ser una estrategia muy eficaz para obtener buenos resultados. De la misma manera que puedes aprender a cocinar asistiendo a un curso básico de cocina o una nueva receta viendo un tutorial de YouTube hoy en día puedes aprender a educar en positivo de forma cómoda desde tu casa una vez los niños se hayan dormido. No pienses en ello como un gasto de tu tiempo o tu dinero sino en una inversión para sentirte más confiada/o, para comprender mejor a tus hijos y darles la mejor educación posible.