Caminar sin zapatos favorece el desarrollo muscular de los niños y les entrega mayor estabilidad, pues los dedos están en contacto con el suelo.

El temor a que se enfríen o se ensucien puede hacernos olvidar los beneficios para el niño de explorar el mundo descalzo. También influye la presencia en el mercado de zapatos de alta tecnología. Pero, en realidad, en este terreno, lo natural es buen aliado.

  • El inicio de la marcha a pie descalzo estimula más al niño por la mayor libertad de movimiento que esto permite. Se favorece el desarrollo muscular y, por ende, el desarrollo del pie. Además, el que todos los dedos estén en contacto con el terreno, le da mayor estabilidad al niño.
  • Las miles de terminaciones nerviosas y zonas reflexógenas -comunicadas con otras partes del cuerpo- son estimuladas al caminar descalzo sobre terrenos como el pasto, la arena o piedras. Esta mayor cantidad de estímulos es beneficiosa y no sólo para el desarrollo del pie del niño. También acelera la maduración del desarrollo propioceptivo, que permite darnos cuenta de la posición de nuestro cuerpo, sincronizar movimientos, darles velocidad, etc. Incluso potencia el área intelectual.
  • En los meses de calor aprovechemos de hacer caminar a los niños por la arena, el pasto o la tierra. La mayor dificultad que implica y sentir la temperatura tibia fomentan el equilibrio y estimulan el tacto, impulsando al niño a dar otro paso. En niños que aún no caminan, este proceso puede hacerse sosteniéndolo de las manos, poniéndose atrás de él. En la playa, guiarlo por la arena seca hasta la mojada, donde se siente frío y los pies se hunden, es buena idea.

¿Enseñarles a caminar? ¿Les hace mal estar parados si aun no caminan
Ponerse de pie agarrado a un mueble es algo que hacen todos los bebés incluso antes de gatear. Es mero ejercicio. Les encanta: sienten el suelo bajo sus pies, notan su propio peso, se elevan… Lo hacen mil veces y no significa que el bebé empiece a andar, es parte de su ejercicio. Trabajan las piernas, los glúteos…

Los bebés deberían desplazarse en cada momento de la forma en que puedan hacerlo por sí mismos. Y no es un castigo, sino una oportunidad, un voto de confianza. En realidad, tampoco nos necesitan para andar. Los estudios reflejan que la supuesta ayuda que les ofrecemos resulta ser una traba y dificulta alcanzar la autonomía y la postura correcta.

(info de https://www.serpadres.es/bebe/9-12-meses/articulo/aprender-a-andar-mejor-sin-prisas)